Situada en el centro del casco histórico, comenzó a tener su fisionomía en el año 1513, al ser derribadas las casas que se encontraban en el centro de la misma.
Conocida como Plaza Grande para diferenciarla de la Plaza Chica situada al otro lado de la parroquia, este espacio diáfano fue utilizado para la celebración de festejos taurinos hasta principios de siglo XX, como el conocido “Toro Enmaromao” en las fiestas en honor a la Patrona.
Su aspecto actual lo adquirió en 1929, cuando se construye el llamado “Paseo de las Barandas”, característico por su empedrado a la portuguesa y con una farola decorativa de 1888 y procedente de Sevilla como eje central del espacio.

Ubicación

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